En Prólogo las cosas van muy bien. (Si a estas alturas no sabéis a qué me refiero, no habéis leído desde el principio. Venga, un click de ratón y estaréis al día). Se llena por la mañana gracias a que está muy cercano a despachos y oficinas y aunque antes se cerraba a las siete, hemos decidido probar a dejar abierto dos horitas más y contratar un cocinero para que los cafés den paso a las copas con una selección de tostas y canapés. Algo sencillo pero que guste.
Así que aquí estoy echando una mano en lo que puedo tras salir de la Revista. Estoy cansada pero estar cerca de Alex y Lupe me da energía. Son batería pura.
Desde el despacho de Alex distingo una figura conocida. Salgo y me lo encuentro de bruces.
-¿Hombre qué haces aquí?- me pregunta el bailarín italiano, confirmado por su acento, con el que comparto gimnasio.
- Bueno, es el local de un amigo.
- ¿Es tu chico?- investiga sin complejos mientras busca con la vista como si supiera a quien referirse.
- No, es una historia larga de contar. Es … – rio y miro los ojos tan interesantes que tiene. Otro artista no, me digo.
- Si quieres, tú y el de la historia larga os podéis unir a mis amigos y tomar una Coca Cola. – Sonrie. – No te puedes negar a su sabor, a sus burbujas. – La bebida refrescante había quedado como una broma privada entre ambos.
- Gracias, pero es que estoy ocupada …
- Bueno, pues nos veremos en el gimnasio. Yo estaré un tiempo por allí ensayando. Qué maleducado soy. Me llamo Raffaele. Rafa.- Y me toma por la cintura y me besa en la mejilla, dándome un fuerte abrazo que me permite comprobar lo sumamente fuerte que está.
- Yo soy Milty. Milty Flinn. Encantada.- Me presento mientras me contempla divertido y enigmático con sus ojos grandes y se despide con otro Ciao que resuena melodioso.
En mi bolsillo vibra el móvil. Un mensaje. Es de Martín from NY. Lo leo y os cuento. Siempre él, en el último segundo. Malditos artistas.
Así que aquí estoy echando una mano en lo que puedo tras salir de la Revista. Estoy cansada pero estar cerca de Alex y Lupe me da energía. Son batería pura.
Desde el despacho de Alex distingo una figura conocida. Salgo y me lo encuentro de bruces.
-¿Hombre qué haces aquí?- me pregunta el bailarín italiano, confirmado por su acento, con el que comparto gimnasio.
- Bueno, es el local de un amigo.
- ¿Es tu chico?- investiga sin complejos mientras busca con la vista como si supiera a quien referirse.
- No, es una historia larga de contar. Es … – rio y miro los ojos tan interesantes que tiene. Otro artista no, me digo.
- Si quieres, tú y el de la historia larga os podéis unir a mis amigos y tomar una Coca Cola. – Sonrie. – No te puedes negar a su sabor, a sus burbujas. – La bebida refrescante había quedado como una broma privada entre ambos.
- Gracias, pero es que estoy ocupada …
- Bueno, pues nos veremos en el gimnasio. Yo estaré un tiempo por allí ensayando. Qué maleducado soy. Me llamo Raffaele. Rafa.- Y me toma por la cintura y me besa en la mejilla, dándome un fuerte abrazo que me permite comprobar lo sumamente fuerte que está.
- Yo soy Milty. Milty Flinn. Encantada.- Me presento mientras me contempla divertido y enigmático con sus ojos grandes y se despide con otro Ciao que resuena melodioso.
En mi bolsillo vibra el móvil. Un mensaje. Es de Martín from NY. Lo leo y os cuento. Siempre él, en el último segundo. Malditos artistas.
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Escribe conmigo las páginas de mi libro blog. Write with me the pages of my Blog Book. Muchas gracias!! Thanks