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Mostrando entradas de diciembre, 2009

Agradecimientos, ruegos y preguntas

La luz se está atenuando. Mis Directores suben al escenario y nos dedican unas palabras de agradecimiento para los que componemos la Revista, de modo sincero. No nos resulta raro escucharlos pues lo hacen a diario. Después, se dirigen a sus insignes invitados y sinceramente aplauden su apoyo durante el año tan duro y tan crítico para el sector y la sociedad. Los presentes acogemos el discurso con aplausos. En medio de tanto jaleo, tengo la sensación de que me observan. Miro a mi derecha y allí está Martín, que no parpadea y que me obliga a dar un trago a mi copa confundida. ¿No deseariáis leer el pensamiento de los demás? Yo sí. No sé si Martín está tomando medidas para hacerme un retrato o es que le interesan directamente mis medidas sin más. ;-) El beber a tragos imitando el savoir faire de Jaime Beltrán me obliga a visitar el concurrido baño. Por el camino me encuentro al aparecido Jaime desplegando sus artes con Velma, la última top model de éxito menor de veintiuno. Acaba de lleg

Caída libre

El día de la fiesta de las fiestas. El día que Jaime Beltrán volvía a mi vida. El día que ... Espero que recordéis el previo a la Fiesta de mi Revista. Así que seguiré por donde lo dejé. Si la memoria falla, lee el post "Cuento de una Fiesta de Navidad". El edificio que alberga el evento del año está tan iluminado que parece todavía de día. Las celebs se mueven como peces en el agua con sus taconazos. Los cinco: Alex, Lupe, Inés, el pintor que aparece siempre en el último minuto y yo, dejamos los focos atrás y nos dirigimos a la escalinata que se bifurca en dos en la segunda planta que acoge todo el tinglado. Alex va escoltado por Lupe e Inés. Detrás Martín y yo seguimos su paso, en un silencio incómodo para mí que intento romper. -¿Cómo te ha ido en Barcelona?- digo mientras echo un rápido vistazo y me choco con el aire que tiene de perdido, de bohemio, de enfant terrible que sé que podría hacerme extraviarme a mí también. - Mejor de lo que pensaba.- Después, más silencio.

Cómo empezó... (VIII)

Sonó el teléfono. Poco a poco se estiró y puso el agua para ducharse. Se encontraba algo cansada, pero feliz. El día de ayer había sido divertido y especial. Media hora después, bajaba al restaurante del Hotel a desayunar. Allí estaba el grupo. Habían guardado un sitio junto a Leo, que en ese momento, endulzaba su café y tenía gesto serio. - Buenos días a todos. - Buenos días- contestaron. El grupo guardó silencio. Sin duda se preguntaban qué había pasado anoche. Leo ni la miraba y tomaba su café sin expresión. Marta no pensaba decir nada. Disfrutó de su desayuno hasta que Víctor, se interesó: - ¿Qué tal ayer?– Todos la contemplaban expectantes, salvo Leo, que parecía tener pegada su mirada a la taza. - Bien.- Silencio. - Amaro es muy buen tío y un gran amigo- siguió Víctor. - Sí, es encantador – respondió Marta, mientras Leo mataba mentalmente a Víctor. Tras la aclaración, que no aportaba nada a los cotilleos matutinos que habían disfrutado aquella mañana, volvieron a la normalidad y

Cómo empezó... (VII)

Enseguida llegaron. Amaro aparcó y se quitaron los cinturones, girándose él hacia ella. - En fin, Amaro…. - Me lo he pasado muy bien- dijeron casi al unísono. Lo que provocó que rieran. Pero él de pronto se quedo serio y acercó su cara a la de ella. La besó en los labios muy despacio, de modo delicado, y se retiró. Volvieron a sonreir y se besaron relajados. Marta observó la camisa de él, que dejaba entrever el pecho velludo, lo que la hizo estremecerse y pensar en quitársela y descubrir lo demás. La música les animó un poco más. Amaro la acariciaba seguro provocando en ella sensaciones muy agradables… Se fueron separando, sabedores de que hasta ahí podían llegar en el parking de un hotel. - ¿Quieres venir a mi casa? – él la tentó. Marta, miró el reloj y se imaginó en tres horas dando una conferencia y escuchando a otros entre bostezos. Tenía que trabajar. - Vale, vale . Pero, ¿ me vas a llamar? - Sí. - Oye, me apuntas el tuyo. No es que no me fie. Es por si necesito un abogado. - Te

Marea alta ¿Espíritu navideño?

El estrés navideño golpea duro según señalan los expertos. Busca razones que no sean los regalos ni las comidas opíparas sin sentido por las que las Navidades merecen la pena. Eso fue lo que me encargó el Director de la Revista para mi columna. Reflexionemos: a mí me gusta ir por las calles de Madrid. Todo está iluminado: árboles de Navidad fashion y palabras mágicas como Paz y Felicidad se reparten bajo el cielo de la capital. El sonido que me rodea es más musical, parece que la gente ríe más. Los niños tienen los ojos más grandes que en otra época del año, fijaos. Miren donde miren hay colores brillantes, juguetes, adornos increíbles. Un hecho navideño a destacar es que entrar en un bar es casi imposible, pero una vez que tienes tu cervecita y tu tosta, el mundo cobra sentido, ya que estás un poco aturdid@ de tanto villancico, tanta bola y tanta luz. Es ahí cuando miras a los tuyos que en ese momento te rodean y compruebas que están tan a gusto como tú y sonríes. Te sientes afortun

Cómo empezó... (VI)

Cuando Amaro regresó con paso firme, se sintió agradado al comprobar que provocaba algún efecto en ella, pues le observaba desde el otro lado. Aunque estaba convencido también de que le diría adiós esa noche sin más. - ¿Vamos?. Tengo el coche detrás. La salida fue bastante lenta, porque todos los clientes querían saludarle. Él la llevaba de la mano. Algunas chicas le miraban inquisidoras. Entonces ella se sintió un poco una más. “¿Acompañaría cada noche a sus amiguitas para luego irse a la cama con ellas?”. Estaba claro que mucho éxito tenía que tener y entonces, cuando otra idea negativa iba a asaltarla, él se dio la vuelta y le apretó la mano -Hoy hay mucha gente ¿eh? Me gusta que todos disfruten de este lugar. – Sonrió con la expresión que a Marta le recordó a un niño. Así fue cómo se dio cuenta de que quizá Amaro tuviese muchas cosas por descubrirla que a primera vista no era posible imaginar. Se despidió amigablemente del enorme portero y se dirigieron a un patio que resguardaba

Cómo empezó... (V)

-¿Conoces a Víctor desde hace mucho? - Sí, éramos amigos de adolescentes cuando él venía de vacaciones. Cuando mi padre murió y me dejó esto, él me ayudo. – pareció recordar, mientras perdía su mirada en la inmensidad. - Así que, ¿tuviste que levantar solo todo esto? - Sí, mis padres tenían esta casa por mis abuelos maternos. Mi madre murió muy joven y mi padre decidió que la podría convertir en un Hotel, pero … no le dio tiempo. …- pareció ensombrecerse por unos instantes y después, suspirando, sonrió. – Entonces me quedé con ello y algún día puede que me meta en lo del hotel. Pero de momento, las copas son más fáciles. - Es un sitio precioso. Seguro que triunfaría. - Ya. Y tú, ¿eres abogada? - Sí. Me ocupo de la responsabilidad civil del hospital donde trabaja Víctor. - Pero debe ser muy difícil, ¿no? ¿Les defiendes o vas a por ellos?- preguntó casi contrariado. - Pues, depende. Hoy por hoy trato de evitar que actúen mal . En realidad, les estoy enseñando a…. - Que no se pillen los d

Cuento de una Fiesta de Navidad

Después de unos días compartiendo con vosotr@s la historia de mi hermana (que seguirá), tengo la necesidad de narrar cómo se está desarrollando el día de hoy, el día de la gran fiesta de la revista para la que trabajo y es que son las nueve y ya estamos preparados. El gran evento se inicia a las diez menos cuarto. Hay tiempo. Hemos quedado en casa de Alex para vestirnos juntos y asesorarnos unos a otros, lo de siempre. Lupe irá con un vestido palabra de honor de color azul eléctrico de Amaya Urzuaga que hace destacar su piel morena. Inés con un cuerpo de color clarete de encaje sobre una falda que compró en un outlet de Juan Duyós. Mis contactos en la revista me consiguieron un traje de noche camel de Ángel Schlesser cruzado en la cintura y que adoro. Alex irá de riguroso negro pues esta época del año no sube mucho su ánimo. Ya os conté lo de su familia, y es que antes, por lo menos, intentaban guardar las apariencias, pero ahora es distinto, ya sabéis. Está bastante sensible y aunque

Cómo empezó ... (IV)

Marta se sentía atraída por Amaro. Era realmente atractivo y se le veía seguro de sí mismo, tanto como para invitarla a dar una vuelta sin importarle nada que un grupo de hombres le observaran en sus maniobras. -¿Por qué no vamos a otro sitio del local?. Tu gente nos vigila –río. Bastó una mirada para comprobar que todos contemplaban embobados, y entre ellos Leo, que decidió que para él la noche había terminado y que no había más que hacer allí. Con un “Mañana nos vemos”, se despidió del grupo. Marta ya no estaba para ver su cara realmente amargada. En el taxi de vuelta se sintió el hombre más solitario de la tierra y auque triste, recordó que por unos instantes había tocado el cielo. Y entonces, de nuevo su cara se ensombreció, pues por primera vez en mucho tiempo recordó que no sólo el trabajo es lo que importa y que quizás mereciera la pena luchar por otras cosas. Algo en él estaba cambiando, ya que cuando cerró los ojos no fue algo mecánico previo al sueño, si no que lo hizo para

Cómo empezó ... (III)

-Creo que deberíamos volver. – Dijo él contrariado, soltándola dulcemente. -Sí, ha sido un poco precipitado- señaló mirándole y aún respirando con dificultad. – Mejor dejarlo. Yo me quedaré aquí un rato sola. Vuelve tú. -Oye….- Leo quiso disculparse y dejar claro que el problema estaba en el peligro que una relación suponía en la escalada hacia el éxito, pero supo que ella ya lo sabía y que nada volvería a ser igual. Se quedó allí … Pensó en si alguna vez le había pasado algo parecido … Ella le comprendía pero no le gustaba la sensación de saber que a él le interesaba pero no estaba dispuesto a más. Estaba herida. No iba a permitirle nunca más que hiciera eso. ”Quien algo quiere algo le cuesta “. – Se dijo. No estaba dispuesta a sufrir por esto. Pensaba sin dejar de observar hipnotizada las olas que rompían bajo ella. Miró a lo lejos y le vio bebiendo una copa y observándola. Él la podía divisar desde allí. Era el único que conocía el rincón en el que se habían besado y que estaba ell

Cómo empezó ... (II)

Hacía dos semanas Marta le había presentado a Leonard un proyecto bastante innovador consistente en formar a los propios profesionales en su lado ético, evitando así situaciones desastrosas que luego desembocaban en los tribunales . Él había aplaudido tal mecanismo , cuando a la hora de despedirse la acompañó como siempre a la puerta, un instante fijaron la mirada uno en otro y poco a poco sin pensar se fueron acercando, cuando tocaron en la puerta y la magia se rompió, es más, ni siquiera se miraron para despedirse. La carrera emprendida por él hacia la cumbre no permitía errores y menos en cuestión de faldas. Eso es lo que ella pensaba y no iba desencaminada. Leo nunca había estado con nadie del lugar de trabajo. Era una regla que sabía respetar, aunque esta vez muy a su pesar, no le estaba resultando tan fácil… Le parecía una chica inteligente, muy simpática y tan atractiva que todavía no podía olvidarse aún con el paso de los meses, de la primera vez que se vieron. Le había ma

Cómo empezó ... (I)

La noche estaba empezando. Habían cenado en un restaurante que les había dejando un muy buen sabor de boca y ahora se dirigían a una terraza al lado del mar que conocía Víctor y que se moría de ganas de enseñarles. Era un lugar precioso con música chill out que ambientaba perfectamente, con el volumen adecuado para poder charlar. Leonard se había sentado al lado de ella. No habían vuelto a hablar de lo que les pasó en el despacho. No se habían besado pero estuvieron a punto si no hubiera sido por su secretaria que, oportuna, entró con unos papeles que firmar. Antes de ser presentados ya se habían visto. Mirándose con intensidad, se habían saludado en un pasillo. Cuando horas después fueron presentados para que ella se ocupara de la responsabilidad civil en la sección del Hospital que él dirigía, se sintió un poco violenta, lo que pareció sucederle a él por la idéntica sensación que desprendió al estrecharla la mano. El trabajo la permitía conocer y entablar amistad con todos sus repre

Cómo empezó ...

Charlar con mi hermana Marta me reconforta. Como hoy estoy algo perdida necesito reflejarme en ella. Ver su felicidad para mí es necesario ahora que se avecina la fiesta del año y mis temores e inseguridades que pensaba superadas me asaltan. Por eso llamo a mi hermana y su agitada vida familiar consigue relajarme. Me veo en la obligación de contar cómo surgió todo pues la historia de su relación merece la pena. Saboreo el primer café de la mañana y trato de organizar mis ideas. Cómo empezó...