Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2018

Se buscan Unicornios para el 2019

Después de un 2018 digno de recordar, casi mágico, volver a estrenar agenda da muuuuuuucho vértigo.  Os deseo días de mermelada, noches de dulce electricidad estática en las sábanas y madrugadas en las que soñar con lo que vendrá sea puro placer.  Bye, bye 2018! ¡Hola 2019!

Eres versos

Madrid me vuelve a inspirar, a volver loca y a tirarme de la manga para que mire sus calles. Como bonito recordatorio de que, quienes cruzamos por los pasos de cebra, los que paseamos, a veces, mirando al suelo porque necesitamos reflexión, somos personas. Aunque vayas deprisa y lo que te importa es llegar, disfruta, joder, despierta porque 1.100 versos se asoman. ¿Estás hart@ de horarios infames, de días que no sabes si estás complet@ o si algo de ti se quedó en alguno de los puntos en los que te dejaste ver? Relaja la marcha y al dictado de Boa Mistura y el Ayuntamiento de Madrid, renueva tu "ser"para poder "estar". A mí me descubrieron al flow más flamenco de Rapsusklei. Ya por eso merece la pena fijarse. Os lo prometo. Vivir así ...

Cuenta atrás

Los días y horas previas a las fiestas navideñas son horas hábiles para mi corazón, ese que, alguna vez, se quedó pillado malogrando una aurícula en algún sitio. Mientras escribo esto, mi compañero de mesa en la cafetería en la que estoy comiendo, mueve una baraja bajo la mesa mientras observa en su ordenador un tutorial. Come como yo, mientras hace otra cosa.  Reconozco un administrador de horas en cuanto lo veo. Es un don. "La sarna con gusto no pica" me dice siempre mamá Flinn. Pase lo que pase, hay que buscar horas y minutos donde no los hay para hacer lo que te apetece hacer. Me parece difícil cómo maneja las cartas, pero juraría que lleva tiempo entrenando. Está claro que si quieres ser el pu** amo en algo, no debes parar de hacerlo. No pares. No descanses. Algún día lo conseguirás. Practica. Practica. Practica. En esto de echarle horas a las cosas, mi amigo Álex dice que conocer a alguien es como viajar. Lo que me recuerda a Maty Amaya, un argentino que salió de