Enseguida llegaron. Amaro aparcó y se quitaron los cinturones, girándose él hacia ella.
- En fin, Amaro….
- Me lo he pasado muy bien- dijeron casi al unísono. Lo que provocó que rieran.
Pero él de pronto se quedo serio y acercó su cara a la de ella. La besó en los labios muy despacio, de modo delicado, y se retiró.
Volvieron a sonreir y se besaron relajados. Marta observó la camisa de él, que dejaba entrever el pecho velludo, lo que la hizo estremecerse y pensar en quitársela y descubrir lo demás. La música les animó un poco más. Amaro la acariciaba seguro provocando en ella sensaciones muy agradables… Se fueron separando, sabedores de que hasta ahí podían llegar en el parking de un hotel.
- ¿Quieres venir a mi casa? – él la tentó.
Marta, miró el reloj y se imaginó en tres horas dando una conferencia y escuchando a otros entre bostezos. Tenía que trabajar.
- Vale, vale . Pero, ¿ me vas a llamar?
- Sí.
- Oye, me apuntas el tuyo. No es que no me fie. Es por si necesito un abogado.
- Te lo apunto aquí.- Le cogió la mano. Las cosquillas le provocaron escalofríos y que la atrajese hacia él un par de veces apremiante. Pero se tenían que despedir.
- Gracias por esta noche, Amaro.
- Llámame.
Amaro esperó a que ella entrase en el Hotel. Marta subió a la habitación bastante contenta y cansada. Se tumbó y, desde la cama, llamó a recepción para que la despertaran a las siete. Antes de que todo su cuerpo tocara las sábanas, ya había cerrado los ojos y caído en un placentero sueño, en parte provocado por el madrugón del día anterior, los encuentros amorosos y el exquisito vino espumoso…..
Continuará ...
- En fin, Amaro….
- Me lo he pasado muy bien- dijeron casi al unísono. Lo que provocó que rieran.
Pero él de pronto se quedo serio y acercó su cara a la de ella. La besó en los labios muy despacio, de modo delicado, y se retiró.
Volvieron a sonreir y se besaron relajados. Marta observó la camisa de él, que dejaba entrever el pecho velludo, lo que la hizo estremecerse y pensar en quitársela y descubrir lo demás. La música les animó un poco más. Amaro la acariciaba seguro provocando en ella sensaciones muy agradables… Se fueron separando, sabedores de que hasta ahí podían llegar en el parking de un hotel.
- ¿Quieres venir a mi casa? – él la tentó.
Marta, miró el reloj y se imaginó en tres horas dando una conferencia y escuchando a otros entre bostezos. Tenía que trabajar.
- Vale, vale . Pero, ¿ me vas a llamar?
- Sí.
- Oye, me apuntas el tuyo. No es que no me fie. Es por si necesito un abogado.
- Te lo apunto aquí.- Le cogió la mano. Las cosquillas le provocaron escalofríos y que la atrajese hacia él un par de veces apremiante. Pero se tenían que despedir.
- Gracias por esta noche, Amaro.
- Llámame.
Amaro esperó a que ella entrase en el Hotel. Marta subió a la habitación bastante contenta y cansada. Se tumbó y, desde la cama, llamó a recepción para que la despertaran a las siete. Antes de que todo su cuerpo tocara las sábanas, ya había cerrado los ojos y caído en un placentero sueño, en parte provocado por el madrugón del día anterior, los encuentros amorosos y el exquisito vino espumoso…..
Continuará ...
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Escribe conmigo las páginas de mi libro blog. Write with me the pages of my Blog Book. Muchas gracias!! Thanks