Ir al contenido principal

Marea alta Travesía vital

A própósito de la recomendación que hice en mi columna del estupendo Restaurante El Vangón de Beni, una nueva historia quiso salir a la luz. Travesía vital

Llevaba en las maletas lo imprescindible: sus fotos más queridas, algo de ropa y su música favorita que le ayudaría a concentrarse mientras volvía a ensayar.

Nueve meses después se sentía con fuerzas. No recordaba nada desagradable. Solamente la cicatriz de su rodilla y el ligero corte en el codo habían quedado como pistas.
En el exterior, las casas y los árboles se sucedían en el paisaje conocido para él. Lo había contemplado muchas veces desde su caravana.

Cerró los ojos y las imágenes escondidas en lo más recóndito de su mente salieron a la luz y se tornaron fantasmagóricas, surrealistas, oníricas: la mano que le fallaba, las piernas que le temblaban, la caída que sucede. El grito del público. Sobresaltado, abrió los ojos . Ante él de nuevo se mostraron las casas y los árboles. Aquel día, además, el cielo gris.

Reflejado en el cristal pudo ver a la gente arremolinándose alrededor de él, asustados, lívidos. La imagen, de pronto, se vio rota por una pareja con un niño que se acomodó en su departamento. El niño no paraba de tirar de la chaqueta de su madre. El padre le tuvo que llamar la atención hasta que como él, deparó en su vecino de asiento.

- Pero, mira, Karen, ¡es el Gran Rossini¡- y ambos le reconocieron enseguida.
- Sí, papá. Deja que me siente con él, por favor. Prometo no ser pesado. – Rogó el niño con cara angelical.
- No hay problema. Me han pillado. – Sonrió el descubierto Rossini, sinceramente agradecido por la interrupción.

El resto del viaje se desarrolló entre historias y comentarios acerca del mundo del circo. La lesión que el Gran Rossini sufrió unos meses atrás no ocupó ni un minuto cuando se enteraron de que volvía a casa, al Circo Rusten.

Les ofreció unas plazas para la función que quisieran y se despidió como tan sólo él sabía hacer: con una mano desde una postura tan ensayada que resultaba ya natural, agitándose en el aire, aunque esa vez desde un andén.

Cuando llegó a Búfalo, un gran número de curiosos y su familia circense aplaudían y celebraban la vuelta del Gran Trapecista que dejó en aquel tren sus miedos y malos recuerdos para siempre.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Soñar despierto y volar: Hipnonautas

Nuestro cerebro es infinitamente más fantástico de lo que estamos dispuestos a admitir. Tuve la suerte de tener una coach en el trabajo que si me oyera, me diría: "Te lo dije: mira tu realidad. Depende de ti". Visualiza, visualiza... Es algo que empecé a practicar hace tiempo y que me ha ido ayudando  en muchos momentos de la vida, de esos que no crees que vendrán pero que con esfuerzo suceden. Todo este derroche de pensamientos se lo debo al espectáculo de hipnosis "Hipnonautas"*  al que acudo en el Teatro Lara, que me devuelve esa sensación que a veces casi olvido de que todo depende de nosotros. A la hora del vermut, el maestro de ceremonias es Jorge Astyaro , un tipo alto, bien parecido, que con su voz nos conduce durante algo más de dos horas atravesando fronteras entre lo real y lo imaginado. Fascinante e incomprensible a partes iguales. Una momento de Hipnonautas Me confieso algo confundida porque sí me llegó pero por temor o pereza, no sé, n

Las horas

Vuelvo enroscada en un montón de sensaciones. Unas no quiero que me invadan y otras deseo que no me abandonen nunca. No me puedo dejar llevar por el temor ni por el mal rollo y adoro sentirme tan viva. Mis tardes se hacen relativamente elásticas gracias al montón de actividades y el chute de emociones que me están regalando muchos desconocidos que he descubierto. Lo comparto contigo porque tenemos que poder con esto. Después ya veremos cómo salir de lo demás. De momento a quemar horas disfrutando de la luz. A las 17:30 todos los días, Alicia G. Rey de Mindandtangle me da la paz. Me está enseñando a hacer yoga con mi cerebro a través de sus talleres de Zentangle. Muchas gracias de corazón. Está siendo toda una experiencia. A las 18:30, Eli Kapowski me inyecta energía mientras pincha desde su balcón everyday. Otro descubrimiento que me alegra el cautiverio. La DJ del Corona. Olé tú. Sigue, sigue. Sus sesiones colgadas en Mixcloud son la bomba. El Museo de Arte Moderno

Cabezas que vuelan

Llevo un tiempo escuchando la expresión "me vuela la cabeza" o "me explota la cabeza" para referirse a algo que te cambia, que te pone las creencias o los pensamientos patas arriba. Decidí entonces enfocarme en qué me provoca eso a mí últimamente. Yo, mujer de fuertes arranques apasionados busco y trato de poner el foco. Entonces, ahí está. En mi bolso, en mi mesilla... persiguiéndome o al revés, no sé, el alucinante libro "La Paleta Perfecta" de Lauren Wager (Hoai Books, 2019): Combinaciones de colores inspiradas en el arte, la moda y el diseño. Me obliga a probar con fusiones cromáticas que no imaginaba o que no había tenido en cuenta hasta que Lauren me lo ha chivado. Esto me lleva a otra voladera de mi cabecita: el collage. Aquí entran mis colores, mis fotos y todas las locas ideas que se me ocurran en un mismo lugar. Idear lo que quiero contar y lograr sacar lo que necesito recortar. Después tocar con mis manos figuras, palabras, papel y detal