Ir al contenido principal

Marea alta De por qué las perlas pueden cultivarse

El sol acaricia mi piel. Me había olvidado de lo que era sentir su calor, su energía. La primavera está aquí y con ella las sensaciones que nos provocan. ¿La primavera la sangre altera? La vida cambia, se transforma cuando menos lo esperamos. Así lo percibo yo y de ese modo lo muestro en Marea alta De por qué las perlas pueden cultivarse

De por qué las perlas pueden cultivarse
“Sigue la estela del pez de colores y disfruta del camino”.
Antiguo proverbio de los pescadores de perlas de Tahití.


Lucía se demoró un poco en salir vestida de neopreno. De pronto, se sintió sin fuerzas. Tras dejarlo con Toni estaba exhausta. Luchar para recuperarle había resultado además de muy duro, inútil. Se encontraba en el Estrecho de Tirán, en la Península del Sinaí, en pleno Mar Rojo. Su amiga le había convencido para que fueran: “En la inmensidad del mar te volverás a encontrar”—sentenció.

Era su primera inmersión, pero no estaba nerviosa, estaba apática. No se reconocía. Ella que tenía siempre los sentidos a flor de piel, su interior en los últimos meses dormía. Sin embargo, cuando miró por la ventana y se encontró con un azul tan intenso, tuvo que parpadear para no quedar cegada.

Una vez en la cubierta se colocaron el equipo y poco a poco se zambulleron en las espectaculares aguas del arrecife de Thomas Reef. El mar tan celeste se oscureció en la bajada hasta convertirse en azul eléctrico. La visión era asombrosa y espectacular. La sensación de bienestar se acrecentó cuando una tortuga paseó junta a ella nadando naturalmente, segura de sí misma y majestuosa. Notó cómo flotaba en el fondo. En su mente sólo había sitio para aquella escena tan especial que hizo que sus ojos se humedecieran cuando de la nada un grupo de peces de azul eléctrico la atraparon entre ellos. Se sintió tan arropada que las lágrimas terminaron por aflorar. De las cosas más increíbles que había vivido en su vida no estaban pasando en la superficie sino varios metros bajo el agua.

Su monitor le hizo señas para comprobar que estaba bien. La sonrisa que desprendía su mirada le contestó. Era tan asombroso que algo en ella cambió. Buscó a su amiga y con gestos expresó su felicidad. Habría un antes y un después de aquella inmersión. Se sintió bendecida por una sensación de paz que había sido descrita más de una vez por su amiga. Volvería a repetirlo. Una raya punteada pasó a su lado y experimentó un sentimiento de libertad que no había notado nunca.

Cuando subieron a la superficie estaban emocionados. Comentaban la suerte que habían tenido de disfrutar de peces y tortugas. Lucía participaba de aquéllo: describía las tonalidades tan sorprendentes con que se había encontrado en el fondo y se sentía viva otra vez.

Desde la embarcación admiraron el carguero panameño que encalló en los ochenta y disfrutaron de los colores que gobernaban el arrecife de Gordon Reef al que llegaban: desde el azul marino hasta el casi blanco pasando por un turquesa profundo. La naturaleza parecía llamarla.

Un chico del grupo de buceo se acercó a Lucía sonriendo y la ofreció un refresco.
- Es alucinante, ¿eh?
- Es genial, sí -sonrió ella.
- ¿Algún problema del que huir de tierra firme? -espetó sin perder el tono simpático que le rodeaba.
- Pues sí. De uno noventa y ojos verdes -dijo por primera vez sonriendo hablando de él.

- Entonces hay que remojarse para que encoja - y el comentario hizo que rieran al unísono.

Mientras se desplazaban hacia Jackson Reef degustaron unos platos preparados con arroz muy condimentado. Las corrientes parecían más vivas que antes. El monitor avisó sobre el peligro de los corales de fuego y la posible presencia de los tiburones martillo.

El oleaje se hacía cada vez más fuerte pero se prepararon adecuadamente y realizaron la inmersión. El fuerte viento empezó a arrastrar a Lucía. Su amiga logró subir a cubierta, pero ella pagó su inexperiencia y auque lo intentaba no lo conseguía.
Tacho, el chico con el que conversó, la sostuvo con energía evitando que la corriente se la llevara. Enseguida el monitor le ayudó y el pequeño rescate se realizó con éxito. El compañerismo y el buen hacer del grupo evitó un mal mayor.

Volvieron a la zona de aguas más tranquilas. Fueron subiendo a la parte más alta del barco y se dieron un chapuzón mientras los menos atrevidos bailaban ritmos árabes a golpe de cadera.

A la vuelta los delfines juguetones les saludaban. Los ojos de Lucía se quedaron tan abiertos al mundo como solían estar. Sólo necesitó bucear un poco y “cultivarse”.

Comentarios

  1. ¡Hola Milty!

    Nos gustaría presentarte el blog http://blog.tuestilistaonline.com/

    Te invitamos a visitarnos en un pequeño rincón donde hablamos de moda, estilo, estilo... siempre desde un punto de vista práctico. Consejos, artículos de opinión de nuestras colaboradoras, sorteos y muchas cosas más.

    Te esperamos.

    Un saludo.
    El equipo de tuestilistaonline.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias por asomaros a mi blog y darme ideas tan estupendas en el vuestro.
    Espero que nos leamos ;-)

    Salu2

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Escribe conmigo las páginas de mi libro blog. Write with me the pages of my Blog Book. Muchas gracias!! Thanks

Entradas populares de este blog

Soñar despierto y volar: Hipnonautas

Nuestro cerebro es infinitamente más fantástico de lo que estamos dispuestos a admitir. Tuve la suerte de tener una coach en el trabajo que si me oyera, me diría: "Te lo dije: mira tu realidad. Depende de ti". Visualiza, visualiza... Es algo que empecé a practicar hace tiempo y que me ha ido ayudando  en muchos momentos de la vida, de esos que no crees que vendrán pero que con esfuerzo suceden. Todo este derroche de pensamientos se lo debo al espectáculo de hipnosis "Hipnonautas"*  al que acudo en el Teatro Lara, que me devuelve esa sensación que a veces casi olvido de que todo depende de nosotros. A la hora del vermut, el maestro de ceremonias es Jorge Astyaro , un tipo alto, bien parecido, que con su voz nos conduce durante algo más de dos horas atravesando fronteras entre lo real y lo imaginado. Fascinante e incomprensible a partes iguales. Una momento de Hipnonautas Me confieso algo confundida porque sí me llegó pero por temor o pereza, no sé, n

Las horas

Vuelvo enroscada en un montón de sensaciones. Unas no quiero que me invadan y otras deseo que no me abandonen nunca. No me puedo dejar llevar por el temor ni por el mal rollo y adoro sentirme tan viva. Mis tardes se hacen relativamente elásticas gracias al montón de actividades y el chute de emociones que me están regalando muchos desconocidos que he descubierto. Lo comparto contigo porque tenemos que poder con esto. Después ya veremos cómo salir de lo demás. De momento a quemar horas disfrutando de la luz. A las 17:30 todos los días, Alicia G. Rey de Mindandtangle me da la paz. Me está enseñando a hacer yoga con mi cerebro a través de sus talleres de Zentangle. Muchas gracias de corazón. Está siendo toda una experiencia. A las 18:30, Eli Kapowski me inyecta energía mientras pincha desde su balcón everyday. Otro descubrimiento que me alegra el cautiverio. La DJ del Corona. Olé tú. Sigue, sigue. Sus sesiones colgadas en Mixcloud son la bomba. El Museo de Arte Moderno

Cabezas que vuelan

Llevo un tiempo escuchando la expresión "me vuela la cabeza" o "me explota la cabeza" para referirse a algo que te cambia, que te pone las creencias o los pensamientos patas arriba. Decidí entonces enfocarme en qué me provoca eso a mí últimamente. Yo, mujer de fuertes arranques apasionados busco y trato de poner el foco. Entonces, ahí está. En mi bolso, en mi mesilla... persiguiéndome o al revés, no sé, el alucinante libro "La Paleta Perfecta" de Lauren Wager (Hoai Books, 2019): Combinaciones de colores inspiradas en el arte, la moda y el diseño. Me obliga a probar con fusiones cromáticas que no imaginaba o que no había tenido en cuenta hasta que Lauren me lo ha chivado. Esto me lleva a otra voladera de mi cabecita: el collage. Aquí entran mis colores, mis fotos y todas las locas ideas que se me ocurran en un mismo lugar. Idear lo que quiero contar y lograr sacar lo que necesito recortar. Después tocar con mis manos figuras, palabras, papel y detal