Ir al contenido principal

Marea alta. La ciudad, la luna y tú




Verano. Esa estación del año en que los más afortunados dedican sus horas de existencia a lo que apetece, sin más: escribir, tomar el sol, leer, pasear, ir al cine, hacer fotos, dejar la mente en blanco, encontrar cócteles de sabores indescriptibles en lugares exóticos, practicar un idioma o un deporte, y cómo no descubrir ciudades nuevas o redescubrir las ya vividas y que en la compañía adecuada serán distintas a nuestros ojos.

Marea alta, la ciudad, la luna y tú.

La luna refleja mis pasos y los suyos. He recorrido tantas veces estas calles que podría señalar cada escaparate, línea de metro e incluso artista callejero que las puebla. Sin embargo, esta noche en su compañía, todo es distinto. Su risa llena las aceras y los edificios parecen menos desafiantes.
La ciudad late al ritmo acompasado de nuestros corazones. Paseamos aspirando el aroma a capital y a modernidad. El asfalto marca el camino de los coches, autobuses y taxis. Su compás nos es conocido, se amarró a nuestras vidas desde la infancia y ahora es un sonido más que nos acompaña en este recorrido bajo las estrellas que sobreviven a la urbe y que penetran en nuestros sentidos.
Me coge la mano y el pavimento se hace más deslizante bajo mis pies.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Soñar despierto y volar: Hipnonautas

Nuestro cerebro es infinitamente más fantástico de lo que estamos dispuestos a admitir. Tuve la suerte de tener una coach en el trabajo que si me oyera, me diría: "Te lo dije: mira tu realidad. Depende de ti". Visualiza, visualiza... Es algo que empecé a practicar hace tiempo y que me ha ido ayudando  en muchos momentos de la vida, de esos que no crees que vendrán pero que con esfuerzo suceden. Todo este derroche de pensamientos se lo debo al espectáculo de hipnosis "Hipnonautas"*  al que acudo en el Teatro Lara, que me devuelve esa sensación que a veces casi olvido de que todo depende de nosotros. A la hora del vermut, el maestro de ceremonias es Jorge Astyaro , un tipo alto, bien parecido, que con su voz nos conduce durante algo más de dos horas atravesando fronteras entre lo real y lo imaginado. Fascinante e incomprensible a partes iguales. Una momento de Hipnonautas Me confieso algo confundida porque sí me llegó pero por temor o pereza, no sé, n

Las horas

Vuelvo enroscada en un montón de sensaciones. Unas no quiero que me invadan y otras deseo que no me abandonen nunca. No me puedo dejar llevar por el temor ni por el mal rollo y adoro sentirme tan viva. Mis tardes se hacen relativamente elásticas gracias al montón de actividades y el chute de emociones que me están regalando muchos desconocidos que he descubierto. Lo comparto contigo porque tenemos que poder con esto. Después ya veremos cómo salir de lo demás. De momento a quemar horas disfrutando de la luz. A las 17:30 todos los días, Alicia G. Rey de Mindandtangle me da la paz. Me está enseñando a hacer yoga con mi cerebro a través de sus talleres de Zentangle. Muchas gracias de corazón. Está siendo toda una experiencia. A las 18:30, Eli Kapowski me inyecta energía mientras pincha desde su balcón everyday. Otro descubrimiento que me alegra el cautiverio. La DJ del Corona. Olé tú. Sigue, sigue. Sus sesiones colgadas en Mixcloud son la bomba. El Museo de Arte Moderno

Cómo cocinar una boda (I): el vestido, of course

Me encantan los vestidos de boda… pero en otras. Los blancos en todas sus tonalidades, los perlas… Me parecen fantásticos, si bien creo que nunca me casaría vestida de princesita. Me sentiría disfrazada y no as I am. Sin embargo, como ya os he confesado, me gusta en otras y me emocionará en una amiga. En la primera que une su vida a otra persona en una ceremonia, reconociendo ante todos sus seres queridos que ese ser es especial. Por su parte, a Inés el traje le da un poco igual y lo deja en las expertas manos de Alex convirtiéndonos a Lupe y a mí en su representante, evitando que a nuestro especialista no se le vaya la cabeza y dilapide el capital en una prenda que solo se pondrá ese día, argumenta ella mientras él la recuerda que es un día trascendental y que todos los ojos estarán puestos en la novia y que las fotos y el vídeo recogerán aquel momento especial, haciendo imprescindible, no un modelito, sino el modelazo. Alex está enamorado del vestido rojo de flores que Hannibal Lagu