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Marea alta. Reciclando palabras. Cosecha de una vida (II) High tides. Recycling Words. Harvesting a life

Proveniente de mi cajón os dejo más de Cosecha de una vida.

Se despertó en su cama, en la de cuando era un chaval. La casa en el centro de Madrid la había vendido ya hacía tres años, la última vez  que estuvo en España. Ahora estaba aquí de nuevo, en las afueras. Los techos eran muy altos. Era una sensación rara pues ya se había acostumbrado a su piso de Nueva York, que aunque bien situado, era pequeño y de techos algo bajos. La casa de sus padres, en este momento,  con la distancia, parecía enorme.



Gran ciudad configuración edificios esboza

No sabía qué hora podía ser. Las ventanas de la casa estaban protegidas por contraventanas de madera que evitaban que el sol diese alguna pista. Pero oía a su madre. Con su voz cantarina, un poco apagada, conversaba con su hermana Blanca. Jorge debía dormir todavía. Pensó en lo mayor que estaba. Tenía ya casi diecisiete años y como decían, se parecía a su madre y a su tío Jorge al que debía su nombre. Tío Jorge murió joven, y sus padres decidieron que para perdurar su memoria, el hijo que unos años después vino por sorpresa, se llamara así.

Se desperezó. Saltó de la cama y abrió las ventanas. Fuera el sol, en aquella época del año, incidía sobre la casa calentado los muros de piedra, y por tanto, las habitaciones .Las vistas no habían cambiado nada. Las setenta y cinco hectáreas de viñedos propios, se extendían ante él en hileras verdes. El mes que viene empezarían a llegar los jornaleros que se tendrían que ocupar de la vendimia. Su padre se negaba a que se hiciera mecánicamente para evitar la destrucción de lo que tanto amaba y a lo que consagró su vida: la uva. Ni el cáncer galopante que lo mató pudo evitar que dedicara su último aliento en dirigir la última cosecha, la línea de producción por entero, desde el viñedo hasta el embotellado y  posterior  almacenamiento.




Fila viñedo

Vestido informal con ropa que su madre guardó para cuando les visitara y evitar así traer muchas cosas en las maletas, dirigió sus pasos como en un deja vu por el pasillo verde. No es que fuera un pasillo de color verde, sino que su madre pintaba cuadros de bosques, muy verdes, frondosos, en los que casi el espectador podría perderse, y los chicos desde pequeños lo bautizaron así.

-          ¡Buenos días, cariño! - le recibió su madre, abandonando las naranjas que se disponía a exprimir. 
-          ¡Buenos días a mis niñas! –canturreó el recién levantado
-          ¡Buenos días, Charly! – saludó su hermana con un beso y un abrazo.

Jorge apareció cubierto de sudor. Venía de correr alrededor de los viñedos.

-          ¿Qué pasa, chulo?- volvió a canturrear Charly, haciendo que golpeaba cariñosamente a su hermano pequeño.
-          Pues, aquí. Ya ves. – respondió seco.
-          Jorge.- regañó con ternura su madre.


vaso de jugo de naranja




Mientras Jorge salía de la cocina para ir al salón con un vaso de zumo, Charly quiso saber qué le pasaba.
-          Echa de menos a papá. – zanjó Blanca, con otro zumo de naranja en la mano, para irse en la misma dirección.


Charly se quedó mudo. Podía sentir que algo no iba bien. Era como si todos fueran contra él. Miró a su madre que seguía exprimiendo naranjas sin perder de vista a su hijo mayor con una sonrisa contenida.


He woke up in his bed in when he was a kid . The house in the center of Madrid had already sold three years ago , the last time I was in Spain . Now here he was again , outside . The ceilings were very high. It was a strange feeling because I was already used to his apartment in New York, although convenient , it was something small and low ceilings. The house of his parents, at this time , with distance, looked huge .

I did not know what time it could be. The windows of the house were protected by wooden shutters that kept the sun give a clue. But he heard his mother. With her lilting voice , a little off, talking to his sister Blanca . Jorge had to sleep yet. He thought about how old he was. He was almost seventeen and as they said, his mother and his uncle George who had his name appeared . Uncle George died young , and susus parents decided to endure his memory , a son a few years later came by surprise, so called .



Ciudad, edificios, arquitectura urbana Malasia



He stretched . He jumped out of bed and opened the windows. The sun at this time of year, impinged on the house heated stone walls , and therefore outside the rooms . Views had not changed. The seventy-five hectares of vineyards , spread before him in green rows. Next month we will begin to reach the workers who would have to take vintage . His father refused to do mechanically to prevent the destruction of what he loved so much and devoted his life : the grape. Not the galloping cancer that killed him could prevent dedicate his last breath to lead the last harvest , the entire production line , from the vineyard to the bottling and subsequent storage .



viñedos Píndaro




Dress casual clothes that her mother saved for when they visit and so many things to avoid bringing in suitcases , directed his steps like a deja vu for the green corridor. Not that it was a corridor of green, but his mother painted pictures of forests, very green , lush , in which the viewer could almost lost, and the guys from small and baptized .

-Good morning , honey! - His mother received him , abandoning oranges was about to squeeze .
-Hello my girls ! He sang the newly raised
-Good morning, Charly ! - Greeted her sister with a kiss and a hug.

Jorge appeared covered in sweat . He came running around the vineyards.

- What's up , pimp - Charly humming again , making it lovingly beat your little brother.
- Well, here . You see . - Answered dry .
- Jorge - . Scolded her mother tenderly .


rodajas de naranja natural





While Jorge left the kitchen to go to the lounge with a glass of juice, Charly wanted to know what was wrong.
- He misses dad. - Settled Blanca, another orange juice in hand, to go in the same direction .

Charly was speechless . I could feel that something was wrong . It was as if everyone was against him. She looked at her mother who was squeezing oranges without losing sight of his eldest son with a contented smile . 

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