Llueve y llueve y llueve. Me acuerdo de Edel Juárez, aquel que dice como nadie que los ojos se le hicieron agua y con el que me conecto cuando en uno de sus poemas rockeros manifiesta que “ renuncio, por escrito, a escalar, a la distancia, a las estrellas. toda mi fe está puesta en cimentarme y si pienso en crecer, será siempre hacia abajo, hasta encontrar la raíz primaria, el mensaje más claro” (Yo soy de los que van a ninguna parte. Edel Juárez. 2013) Por eso tiro de cajón y saco algo que escribí hace mucho tiempo y que moví en concursos, revistas literarias pero que se quedó conmigo sin más. Lo mostraré a sorbitos.Espero que os deje buen sabor de boca. Necesito reciclar. Marea alta. Cosecha de una vida. E l sol se reflejaba en los cristales del aeropuerto de Barajas. Los aviones despegaban cada poco tiempo. Su sonido era casi rítmico. A pesar de que había dejado Madrid hacía tres años parecía que el tiempo no hub...