Estamos en la capital envueltos en un tono gris muy rarito cuyo antídoto señalan los más expertos es la lluvia. Pero no cae. Dicen que por esta causa estamos todos también enrabietados, agitados. Ayer no dormí bien, doy fe. Ando también yo inquieta y me muevo de un lado a otro como si estuviera perdida. Aunque no lo estoy. Entretanto me tropiezo con Jorge Drexler y sus versos. Spotify me lo recuerda, porque hubo una época en que le oía, si bien, ahora le escucho. Como una predicadora voy pidiendo a mis más cercanos que se fijen en sus historias que están hiladas como una buena película. Y me remueven sus palabras: vendaval, corazón opaco, corazón ausente, trama perfumada o pensamientos de lienzo “como un tatuaje desteñido me iré borrando de tu piel, se irá mi última caricia borrando mes a mes”. Expresiones que en su boca y con su voz pueden resultar de otra galaxia. No pretendo hacer aquí una tesis sobre este cantante uruguayo, ...