Aroma. Efluvio. Fragancia. Perfume. Esencia. Feromonas… ¿Fero… qué? Acabo de leer sobre esa sustancia misteriosa que secretamos los seres vivos y que puede provocar que nos volvamos locos. Investigo un poco más y aterrizo en la Gran Manzana, ¡cómo no! y alucino con lo de organizar una Fheromone Party, o sea, Fiesta de la Feromona. Solo se necesitan unas bolsas de plástico, una camiseta con la que hayas dormido la noche anterior y supongo que sentido del humor por si tu nariz se equivoca. Elegir a quien te huele mejor te promete un éxito seguro o eso indican los organizadores : ) Esto me plantea un dilema. Hasta ahora yo misma me calificaba como una mujer aromática. Todo tiene un olor característico: mi padre recién afeitado, el mar, la escuela, un libro, El Cairo, la piel de mi primer novio surfista, los abrazos de mamá Flinn, la discoteca en la que no paraba de bailar, Londres, mi amigo Alex, un juguete nuevo, el café, una casa en la playa, ...