Ir al contenido principal

I love NY?

Glups....

- Enhorabuena. Es muy buena noticia ... - Pero no le miro a la cara. No sé mentir. Lo celebro por él aunque no me alegro ... por mí.
- Sí. Volvería en un mes.- Y me mira con sus ojos verdes grisáceos que me aturden. Me quedo sin palabras. Mierda. Me había ilusionado.

Un camarero me obliga a replegarme en el momento más inoportuno y acabo encajando al bohemio, el pintor promesa que próximamente cruzará el charco, en una columna, pegándose mi cuerpo al suyo, así, de forma natural.
También de forma natural él me sostiene por la cintura como para protegerme. Mi pulso se acelera. La música que retumba, retumba menos. Nos quedamos mirando un instante. No sé que hace el resto del mundo, yo sólo llevo a cabo los movimientos básicos e involuntarios: respiro, parpadeo y me late el corazón. Sus labios encuentran mi oído y susurran las palabras mágicas: "Ven conmigo, Milty".

A pesar de que es casi mi fiesta, me olvido de todo y le sigo a lo más profundo y oscuro del salón volando de su mano. Encontrado el sitio ideal para lo que sea, sonreímos con timidez y nos besamos despacio. Sus manos de artista recorren mi espalda mientras continuamos el dulce diálogo.

- Me voy dentro de quince días... No pensaba lanzarme así, pero .... - Me confiesa de nuevo al oído provocando que me estremezca.

- No me quiero hacer daño, Martín -Reconozco yo.

Me acaricia el pelo y me acurruca en él. Sé que nos decimos adiós. No iremos más allá porque no sería justo para ninguno de los dos. Pide que me despida de todos por él. Con "Ha sido una gran fiesta" desaparece y se difumina en el fondo, en el lado animado de la fiesta.

Alex me localiza (podría competir con Superman desde que se operó de la vista). Viene a por mí y espeta un ¡¡¡maldito okupa pinturero!!!! Pero no estoy molesta. Un poco aturdida porque me gustó y porque creo que a él también. Suspiro y vuelvo a la carga con más sonrisas y más besos. Me retiro el pelo con la mano y descubro su aroma. Sonrío.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Soñar despierto y volar: Hipnonautas

Nuestro cerebro es infinitamente más fantástico de lo que estamos dispuestos a admitir. Tuve la suerte de tener una coach en el trabajo que si me oyera, me diría: "Te lo dije: mira tu realidad. Depende de ti". Visualiza, visualiza... Es algo que empecé a practicar hace tiempo y que me ha ido ayudando  en muchos momentos de la vida, de esos que no crees que vendrán pero que con esfuerzo suceden. Todo este derroche de pensamientos se lo debo al espectáculo de hipnosis "Hipnonautas"*  al que acudo en el Teatro Lara, que me devuelve esa sensación que a veces casi olvido de que todo depende de nosotros. A la hora del vermut, el maestro de ceremonias es Jorge Astyaro , un tipo alto, bien parecido, que con su voz nos conduce durante algo más de dos horas atravesando fronteras entre lo real y lo imaginado. Fascinante e incomprensible a partes iguales. Una momento de Hipnonautas Me confieso algo confundida porque sí me llegó pero por temor o pereza, no sé, n

Las horas

Vuelvo enroscada en un montón de sensaciones. Unas no quiero que me invadan y otras deseo que no me abandonen nunca. No me puedo dejar llevar por el temor ni por el mal rollo y adoro sentirme tan viva. Mis tardes se hacen relativamente elásticas gracias al montón de actividades y el chute de emociones que me están regalando muchos desconocidos que he descubierto. Lo comparto contigo porque tenemos que poder con esto. Después ya veremos cómo salir de lo demás. De momento a quemar horas disfrutando de la luz. A las 17:30 todos los días, Alicia G. Rey de Mindandtangle me da la paz. Me está enseñando a hacer yoga con mi cerebro a través de sus talleres de Zentangle. Muchas gracias de corazón. Está siendo toda una experiencia. A las 18:30, Eli Kapowski me inyecta energía mientras pincha desde su balcón everyday. Otro descubrimiento que me alegra el cautiverio. La DJ del Corona. Olé tú. Sigue, sigue. Sus sesiones colgadas en Mixcloud son la bomba. El Museo de Arte Moderno

10 cosas que aprendí montando en bici 10 things I learned riding a bike

Como sabéis (si eres nuev@, tómate tu tiempo y descúbrelo en entradas anteriores) me he convertido en una bike lover , o sea, que en cuanto puedo pedaleo.  Y es que todo se ve mejor en bicicleta. Quienes están contigo y lo que te rodea cambian y se hacen más especiales. Se convierten en materia que está en tu trayectoria o fuera de ella (referentes u obstáculos).  Eres tú mismo y tus piernas son las que deciden qué toca. A mí me pasa esto. Prueba tú y me cuentas. 1.  Pase lo que pase hay que pedalear.  Si te haces un viajecito, de lo único que has de preocuparte es de que tus pies activen los pedales. Nada te hace más libre y cabal que solo seguir un camino y tener que leer el suelo que se abre ante ti. La sensación de cuerpo y mente unidos no sé si la encontrarás tan fácilmente en otros momentos.  2.  Si te caes, insulta en arameo, quítate el polvo y vuelve a subirte.  Salvo que pierdas el conocimiento, levántate tras darte un buen golpe. Incorpórate y bu