Ir al contenido principal

Cómo empezó... (V)

-¿Conoces a Víctor desde hace mucho?
- Sí, éramos amigos de adolescentes cuando él venía de vacaciones. Cuando mi padre murió y me dejó esto, él me ayudo. – pareció recordar, mientras perdía su mirada en la inmensidad.
- Así que, ¿tuviste que levantar solo todo esto?
- Sí, mis padres tenían esta casa por mis abuelos maternos. Mi madre murió muy joven y mi padre decidió que la podría convertir en un Hotel, pero … no le dio tiempo. …- pareció ensombrecerse por unos instantes y después, suspirando, sonrió. – Entonces me quedé con ello y algún día puede que me meta en lo del hotel. Pero de momento, las copas son más fáciles.
- Es un sitio precioso. Seguro que triunfaría.
- Ya. Y tú, ¿eres abogada?
- Sí. Me ocupo de la responsabilidad civil del hospital donde trabaja Víctor.
- Pero debe ser muy difícil, ¿no? ¿Les defiendes o vas a por ellos?- preguntó casi contrariado.
- Pues, depende. Hoy por hoy trato de evitar que actúen mal . En realidad, les estoy enseñando a….
- Que no se pillen los dedos ¿no?- apuntó él.
- Sí, más o menos, aunque en esta profesión el paciente está permanentemente cabreado y muchas veces pagan justos por pecadores… Así que depurar responsabilidades es más fácil. Si lo has hecho mal ….
- Pero el que lo hagas bien o mal es difícil de saber a veces …. Por ejemplo, puede que el paciente muera y el doctor haya hecho lo que ha estado en sus manos, y sin embargo ….
- Así es. Por eso necesitamos que todo esté claro.
- Y, ¿ no te da mal rollo que se revuelvan contra ti tus compañeros? – la miró extrañado.
- Son mis clientes y … vengo a ser algo así como un Fiscal.. si hay que acusar acuso, pero si no …. Defiendo hasta el final y siempre sobre la base de las formas, o sea informes, sus actuaciones, seguimiento que realizaron a los pacientes ….
- No sé, lo veo muy difícil. Debes tener un carácter fuerte…
- No sé si fuerte, pero firme he de ser.. pero no soy un ogro… - Le expresó divertida.
- No, señor…. – se cuadró él . Rieron.

Las horas pasaron y la bebida se acabó. Marta consultó el reloj de él y decidió que se acababa la noche.
- Uy que tarde…- Se levantó.
- Cenicienta… no me dejes… Son sólo las cuatro y media…. Bueno, pues te llevo al hotel.
- No sé si… Voy en taxi. – Ella evitó que se acercaran más.
- Te llevo, Sargento. – más risas.
Cuando salieron a la terraza, la música volvió a sonar. Seguía habiendo gente aunque ni rastro de sus acompañantes.
- ¿Me esperas aquí? Voy a por las llaves. ¿Ok?

Mientras, se asomó a la terraza y golpeó su mirada con la del rincón en que había tenido lugar el breve encuentro con Leo. Marta se estremeció y esperó que fuera a causa de la brisa y no por el recuerdo. Si bien la aparición de Amaro le había paliado el sentimiento que le provocó la situación vivida con él. Se dio la vuelta y buscó con la vista a su nuevo amigo y observó desde allí cómo daba instrucciones de cierre. Era un hombre decidido además de muy atractivo y atento con ella. Hacía que se sintiese especial, lo estaba empezando a notar.
Continuará ...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Las horas

Vuelvo enroscada en un montón de sensaciones. Unas no quiero que me invadan y otras deseo que no me abandonen nunca. No me puedo dejar llevar por el temor ni por el mal rollo y adoro sentirme tan viva. Mis tardes se hacen relativamente elásticas gracias al montón de actividades y el chute de emociones que me están regalando muchos desconocidos que he descubierto. Lo comparto contigo porque tenemos que poder con esto. Después ya veremos cómo salir de lo demás. De momento a quemar horas disfrutando de la luz. A las 17:30 todos los días, Alicia G. Rey de Mindandtangle me da la paz. Me está enseñando a hacer yoga con mi cerebro a través de sus talleres de Zentangle. Muchas gracias de corazón. Está siendo toda una experiencia. A las 18:30, Eli Kapowski me inyecta energía mientras pincha desde su balcón everyday. Otro descubrimiento que me alegra el cautiverio. La DJ del Corona. Olé tú. Sigue, sigue. Sus sesiones colgadas en Mixcloud son la bomba. El Museo de Arte Moderno...

Cabezas que vuelan

Llevo un tiempo escuchando la expresión "me vuela la cabeza" o "me explota la cabeza" para referirse a algo que te cambia, que te pone las creencias o los pensamientos patas arriba. Decidí entonces enfocarme en qué me provoca eso a mí últimamente. Yo, mujer de fuertes arranques apasionados busco y trato de poner el foco. Entonces, ahí está. En mi bolso, en mi mesilla... persiguiéndome o al revés, no sé, el alucinante libro "La Paleta Perfecta" de Lauren Wager (Hoai Books, 2019): Combinaciones de colores inspiradas en el arte, la moda y el diseño. Me obliga a probar con fusiones cromáticas que no imaginaba o que no había tenido en cuenta hasta que Lauren me lo ha chivado. Esto me lleva a otra voladera de mi cabecita: el collage. Aquí entran mis colores, mis fotos y todas las locas ideas que se me ocurran en un mismo lugar. Idear lo que quiero contar y lograr sacar lo que necesito recortar. Después tocar con mis manos figuras, palabras, papel y detal...

Hasta encontrarme

Según me voy haciendo más mayor, voy asegurando lo que me gusta y teniendo claro lo que no. Siempre me pasó que tengo dotes para evadirme increíbles, lo que ayuda mucho. Así si quiero relajarme, imaginarme bajo el sol, tumbada en una toalla sobre la arena escuchando de fondo las olas del mar llegando a la orilla, me deja en trance. Hasta creo que descienden mis pulsaciones. Hay pocas imágenes que me centren más que las del mar y el 20 de mayo fue el Día Marítimo Europeo. Entonces me alegra que poco a poco se imponga la cordura y tratemos de ser planetistas, o sea, cuidadores de esta tierra sobre la que respiramos. Muchos se han lanzado a salvar el oro azul como mis superhéroes del Sea Shepherd Global , una ONG, que lucha con su barco o una marca tan ibérica como Ecoalf , que traduce en increíbles prendas botellas, tazas y otros plásticos y que bajo el lema "Because there is no planet B" reciclan y crean auténtica moda sostenible. Ese mismo día del mes se erige co...