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Cómo empezó ... (I)

La noche estaba empezando. Habían cenado en un restaurante que les había dejando un muy buen sabor de boca y ahora se dirigían a una terraza al lado del mar que conocía Víctor y que se moría de ganas de enseñarles.

Era un lugar precioso con música chill out que ambientaba perfectamente, con el volumen adecuado para poder charlar. Leonard se había sentado al lado de ella. No habían vuelto a hablar de lo que les pasó en el despacho. No se habían besado pero estuvieron a punto si no hubiera sido por su secretaria que, oportuna, entró con unos papeles que firmar. Antes de ser presentados ya se habían visto. Mirándose con intensidad, se habían saludado en un pasillo. Cuando horas después fueron presentados para que ella se ocupara de la responsabilidad civil en la sección del Hospital que él dirigía, se sintió un poco violenta, lo que pareció sucederle a él por la idéntica sensación que desprendió al estrecharla la mano.

El trabajo la permitía conocer y entablar amistad con todos sus representados al tener que adaptar las condiciones a las situaciones personales y profesionales de cada uno. Así cuando le tocó el turno a él, pudo saber que era divorciado con una hija y que a pesar de su juventud en relación con otros representados suyos, se había labrado una carrera imparable en su sector. Además tras las entrevistas con todos, los resultados tenían que serle presentados a él, ya que eran su equipo. Semanalmente se reunían todos los jefes de las secciones con ella, y aclaraban sus dudas y estudiaban estrategias que aplicar para evitar complicaciones. Es su profesión, tenían que andar con mucho cuidado con lo que decían y recomendaban, ya que una oleada de demandas se cernían sobre aquellos que no enmarcaban muy bien sus responsabilidades y dejaban algún cabo suelto. Tanto es así que la llamaban “la mala conciencia”. Sin embargo, era eso lo que intentaba lograr, que las cosas se hicieran bien y que quien no actuara correctamente pagara por ello. Esto también la hizo ganarse el apodo de la de “asuntos internos”. Pero lo cierto es que muchos eran los casos en que demostraba que el profesional había actuado correctamente y le defendía a capa y espada.
Continuará...

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