Ir al contenido principal

Madrid Photo Fest 2019. Naturalmente fashion

Escribo con resaca de la buena, de esa que te trae imágenes y sensaciones que has vivido a lo largo del día. Una jornada de diez en la segunda edición de  Madrid Photofest. Ojalá pudiera clonarme: hubiera bloqueado mi otra vida por cuatro días con un Full Access.



Pero como hay que ser agradecido, diré que estuvo fabuloso. Que si en la anterior edición sentí que era un evento grande con ponentes que me aportaron valor, esta edición sigue por ahí hasta el infinito. Esta vez la moda y la naturaleza invadieron el Espacio Harley. Y la creatividad, la pasión y el sentimiento hacia la fotografía.

El vivir el Shooting de Eugenio Recuenco héroe* ha sido una experiencia. Que hay que hacer algo naturalmente fashion, ahí lo tuvimos.

*El afamado Outumuro iba a venir en vez del fotógrafo madrileño pero no pudo acudir y  no se lo pensó. 

Entre las nueve y las doce asistí a la creación en un plató de una puta selva. Siento las palabras, pero es cierto. Los cafés acompañaban a los celos de doble cara, a las telas recicladas, al ensordecedor sonido de las pistolas de grapas y clavos, a los "todos a una cuando yo diga",  a la pintura negra, al número de magia de Recuenco que mueve paneles de un lado a otro. Cuando dejan de verse los coffees, la música pega y se obra el milagro: una delicada modelo de piernas kilómetricas como su cardado pelo que viste de rosa chuche en total look,  aparece en escena para que el fotógrafo con su Hasselblad la haga posar y sentirse parte del verde.




En este Workshop, todo se habla, se retoca y se prueba. Sobre todo hay que crear y eso significa mover objetos,  posar sin freno y estar abierto a lo que la mente del que crea le dicte. Una lección de creatividad. A sus pies, señor Recuenco.

Villoch amante de los arrecifes


Pero también me quedo con la conferencia de Carlos Villoch que contagia su amor por la vida acuática. Gracias a él odio las partículas en suspensión y adoro las texturas y los patrones de colores imposibles que llevan sus fotos a nuestros ojos. Además su trayectoria está cargada de voluntad, vocación y fuerza. Recorrerse el mundo para aprender y descubrir nuevas aguas, inventar objetos con los que lograr mejorar sus imágenes, bucear, bucear y bucear, me recuerda a la frase que dice siempre Mamá Flinn: el corcho flota. O sea, currátelo y todo llegará. Me conquista y su amor por el agua salada y sus habitantes me encanta. Olé tú.



Por su parte, David Olivas me recuerda que tenemos todo un mundo de oportunidades ahí fuera. Este fotógrafo joven, soñador y en paz, no crezcas, porfi.

Para acabar como debe ser, una perfomance sobre la expo 365 de Eugenio Recuenco, que me mantiene en calor cuando salgo y descubro la capital cubierta de granizo.



 No puede pedirse más.

¡Larga vida al Madrid Photofest! : )








Comentarios

Entradas populares de este blog

Soñar despierto y volar: Hipnonautas

Nuestro cerebro es infinitamente más fantástico de lo que estamos dispuestos a admitir. Tuve la suerte de tener una coach en el trabajo que si me oyera, me diría: "Te lo dije: mira tu realidad. Depende de ti". Visualiza, visualiza... Es algo que empecé a practicar hace tiempo y que me ha ido ayudando  en muchos momentos de la vida, de esos que no crees que vendrán pero que con esfuerzo suceden. Todo este derroche de pensamientos se lo debo al espectáculo de hipnosis "Hipnonautas"*  al que acudo en el Teatro Lara, que me devuelve esa sensación que a veces casi olvido de que todo depende de nosotros. A la hora del vermut, el maestro de ceremonias es Jorge Astyaro , un tipo alto, bien parecido, que con su voz nos conduce durante algo más de dos horas atravesando fronteras entre lo real y lo imaginado. Fascinante e incomprensible a partes iguales. Una momento de Hipnonautas Me confieso algo confundida porque sí me llegó pero por temor o pereza, no sé, n

Las horas

Vuelvo enroscada en un montón de sensaciones. Unas no quiero que me invadan y otras deseo que no me abandonen nunca. No me puedo dejar llevar por el temor ni por el mal rollo y adoro sentirme tan viva. Mis tardes se hacen relativamente elásticas gracias al montón de actividades y el chute de emociones que me están regalando muchos desconocidos que he descubierto. Lo comparto contigo porque tenemos que poder con esto. Después ya veremos cómo salir de lo demás. De momento a quemar horas disfrutando de la luz. A las 17:30 todos los días, Alicia G. Rey de Mindandtangle me da la paz. Me está enseñando a hacer yoga con mi cerebro a través de sus talleres de Zentangle. Muchas gracias de corazón. Está siendo toda una experiencia. A las 18:30, Eli Kapowski me inyecta energía mientras pincha desde su balcón everyday. Otro descubrimiento que me alegra el cautiverio. La DJ del Corona. Olé tú. Sigue, sigue. Sus sesiones colgadas en Mixcloud son la bomba. El Museo de Arte Moderno

10 cosas que aprendí montando en bici 10 things I learned riding a bike

Como sabéis (si eres nuev@, tómate tu tiempo y descúbrelo en entradas anteriores) me he convertido en una bike lover , o sea, que en cuanto puedo pedaleo.  Y es que todo se ve mejor en bicicleta. Quienes están contigo y lo que te rodea cambian y se hacen más especiales. Se convierten en materia que está en tu trayectoria o fuera de ella (referentes u obstáculos).  Eres tú mismo y tus piernas son las que deciden qué toca. A mí me pasa esto. Prueba tú y me cuentas. 1.  Pase lo que pase hay que pedalear.  Si te haces un viajecito, de lo único que has de preocuparte es de que tus pies activen los pedales. Nada te hace más libre y cabal que solo seguir un camino y tener que leer el suelo que se abre ante ti. La sensación de cuerpo y mente unidos no sé si la encontrarás tan fácilmente en otros momentos.  2.  Si te caes, insulta en arameo, quítate el polvo y vuelve a subirte.  Salvo que pierdas el conocimiento, levántate tras darte un buen golpe. Incorpórate y bu