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Mudando piel de enero

 Después de las campanadas me tocó mudanza y ya sabéis que dicen que trasladarse a una nueva casa es de las experiencias vitales más estresantes.

Sin embargo, últimamente mi mundo ya se ha agitado bastante desde el año pasado con hilos rojos atravesando océanos, tierras y mares, de esos que cuentan los japoneses que unen a unas personas con otras toda la vida.




Así que a mí lo de las mudanzas más bien me suena a ajuste de cuentas: sacar lo que no te vale o que no te debería acompañar el resto de tu vida. Sumas, además, recuerdos que vas encontrando y de los que no te acordabas pero que están ahí, esperando por ti.




Y ya está enero aquí, a tope de días y horas que desgastar. Me pongo en marcha y vuelvo a mirar hacia adelante. ¡Qué de posibilidades nos esperan! Leo lo que nos dijo Rimbaud y le doy la razón:
"¿Y si un trozo de madera descubre que es un violín?" Pues eso. Mucho que descubrir.

Love & Peace










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