Ir al contenido principal

Cuenta atrás

Los días y horas previas a las fiestas navideñas son horas hábiles para mi corazón, ese que, alguna vez, se quedó pillado malogrando una aurícula en algún sitio.

Mientras escribo esto, mi compañero de mesa en la cafetería en la que estoy comiendo, mueve una baraja bajo la mesa mientras observa en su ordenador un tutorial. Come como yo, mientras hace otra cosa.  Reconozco un administrador de horas en cuanto lo veo. Es un don. "La sarna con gusto no pica" me dice siempre mamá Flinn. Pase lo que pase, hay que buscar horas y minutos donde no los hay para hacer lo que te apetece hacer.

Me parece difícil cómo maneja las cartas, pero juraría que lleva tiempo entrenando. Está claro que si quieres ser el pu** amo en algo, no debes parar de hacerlo. No pares. No descanses. Algún día lo conseguirás. Practica. Practica. Practica.

En esto de echarle horas a las cosas, mi amigo Álex dice que conocer a alguien es como viajar. Lo que me recuerda a Maty Amaya, un argentino que salió de su casa con su bici para 15 días y acabó rodando durante 5 años por el mundo.

Sin embargo, me temo que eso con los corazones no funciona. Buscar a alguien e insistir no es fácil. Cuando no buscan las horas ni los minutos para encontrarte no habrá nada que hacer.

Mi post iba sobre lo festivo, sobre lo que se avecina pero también me he ido de tema. Está claro que suele pasar :)

Quedan 24 días para que estrenemos agenda. Estiraos ; )








Comentarios

Entradas populares de este blog

Soñar despierto y volar: Hipnonautas

Nuestro cerebro es infinitamente más fantástico de lo que estamos dispuestos a admitir. Tuve la suerte de tener una coach en el trabajo que si me oyera, me diría: "Te lo dije: mira tu realidad. Depende de ti". Visualiza, visualiza... Es algo que empecé a practicar hace tiempo y que me ha ido ayudando  en muchos momentos de la vida, de esos que no crees que vendrán pero que con esfuerzo suceden. Todo este derroche de pensamientos se lo debo al espectáculo de hipnosis "Hipnonautas"*  al que acudo en el Teatro Lara, que me devuelve esa sensación que a veces casi olvido de que todo depende de nosotros. A la hora del vermut, el maestro de ceremonias es Jorge Astyaro , un tipo alto, bien parecido, que con su voz nos conduce durante algo más de dos horas atravesando fronteras entre lo real y lo imaginado. Fascinante e incomprensible a partes iguales. Una momento de Hipnonautas Me confieso algo confundida porque sí me llegó pero por temor o pereza, no sé, n

Las horas

Vuelvo enroscada en un montón de sensaciones. Unas no quiero que me invadan y otras deseo que no me abandonen nunca. No me puedo dejar llevar por el temor ni por el mal rollo y adoro sentirme tan viva. Mis tardes se hacen relativamente elásticas gracias al montón de actividades y el chute de emociones que me están regalando muchos desconocidos que he descubierto. Lo comparto contigo porque tenemos que poder con esto. Después ya veremos cómo salir de lo demás. De momento a quemar horas disfrutando de la luz. A las 17:30 todos los días, Alicia G. Rey de Mindandtangle me da la paz. Me está enseñando a hacer yoga con mi cerebro a través de sus talleres de Zentangle. Muchas gracias de corazón. Está siendo toda una experiencia. A las 18:30, Eli Kapowski me inyecta energía mientras pincha desde su balcón everyday. Otro descubrimiento que me alegra el cautiverio. La DJ del Corona. Olé tú. Sigue, sigue. Sus sesiones colgadas en Mixcloud son la bomba. El Museo de Arte Moderno

10 cosas que aprendí montando en bici 10 things I learned riding a bike

Como sabéis (si eres nuev@, tómate tu tiempo y descúbrelo en entradas anteriores) me he convertido en una bike lover , o sea, que en cuanto puedo pedaleo.  Y es que todo se ve mejor en bicicleta. Quienes están contigo y lo que te rodea cambian y se hacen más especiales. Se convierten en materia que está en tu trayectoria o fuera de ella (referentes u obstáculos).  Eres tú mismo y tus piernas son las que deciden qué toca. A mí me pasa esto. Prueba tú y me cuentas. 1.  Pase lo que pase hay que pedalear.  Si te haces un viajecito, de lo único que has de preocuparte es de que tus pies activen los pedales. Nada te hace más libre y cabal que solo seguir un camino y tener que leer el suelo que se abre ante ti. La sensación de cuerpo y mente unidos no sé si la encontrarás tan fácilmente en otros momentos.  2.  Si te caes, insulta en arameo, quítate el polvo y vuelve a subirte.  Salvo que pierdas el conocimiento, levántate tras darte un buen golpe. Incorpórate y bu