Vuelvo enroscada en un montón de sensaciones. Unas no quiero que me invadan y otras deseo que no me abandonen nunca. No me puedo dejar llevar por el temor ni por el mal rollo y adoro sentirme tan viva. Mis tardes se hacen relativamente elásticas gracias al montón de actividades y el chute de emociones que me están regalando muchos desconocidos que he descubierto. Lo comparto contigo porque tenemos que poder con esto. Después ya veremos cómo salir de lo demás. De momento a quemar horas disfrutando de la luz. A las 17:30 todos los días, Alicia G. Rey de Mindandtangle me da la paz. Me está enseñando a hacer yoga con mi cerebro a través de sus talleres de Zentangle. Muchas gracias de corazón. Está siendo toda una experiencia. A las 18:30, Eli Kapowski me inyecta energía mientras pincha desde su balcón everyday. Otro descubrimiento que me alegra el cautiverio. La DJ del Corona. Olé tú. Sigue, sigue. Sus sesiones colgadas en Mixcloud son la bomba. El Museo de Arte Moderno
Mi día a día ha cambiado desde hace una semana. Como a ti imagino. Hay que quedarse en casa y mi cabecita loca y mi culo inquieto, que diría Mr. Kilombo, han reaccionado. Bueno y, mi ojo derecho (que cada vez que me agobio por dentro, cuando me puede esa sensación de vértigo pero mala, porque lo de alrededor parece que no funciona) detecta mi decaída vital y me pica y se pone rojo. Pero para eso tengo colirio, tranqui. En fin, que estar en casa confinada me ha cambiado en cuanto a hábitos. Sin embargo, he descubierto que hay una agenda paralela. Unas actividades que me llenan y que sé que me alivian. Ya sé que estar con los míos es una suerte, pero para esos momentos en que necesito evadirme, tiro de esta agenda aunque en plan Carpe diem. Si me ape me apunto y si no, no pasa nada. Mis gustos son míos y, por tanto, no quiere decir que todo te vaya a apasionar; sin embargo, me veo en la obligación de compartir todo lo que en ocho días de cautiverio me alegra el día. Dramatic (